Bonsái de Abedul (Bethala Pendula)

Los bonsáis de abedul, conocidos por sus líneas esbeltas, su atractiva corteza y sus delicadas hojas, son una adición única a cualquier colección de bonsáis, ya que rezuman encanto y elegancia.
Esta guía proporciona información completa sobre el cultivo y el cuidado del bonsái de abedul, centrándose en técnicas japonesas tanto para principiantes como para entusiastas experimentados. Ofrece consejos para crear un follaje impresionante en su espacio vital.
Bonsái de Abedul (Bethala Pendula)
Bonsái de Abedul (Bethala Pendula) ( Image Via bonsa.by )


Ofrecemos un conocimiento completo sobre las especies de bonsáis de abedul, técnicas de poda y peinado para ayudarle a cuidar su árbol, garantizando una obra maestra cautivadora que será la envidia de todo amante del bonsái.

¿Qué es el bonsái de abedul?

Birch Bonsai es un abedul en miniatura que crece para parecerse a un árbol maduro. Su corteza blanca se pela en capas finas y las delicadas hojas se vuelven amarillas en el otoño. Estos árboles son populares entre los entusiastas del Bonsái debido a su apariencia única.


El encantador atractivo de los árboles bonsái de abedul:

Los bonsáis de abedul son una planta encantadora y visualmente atractiva con troncos y ramas delgados que simbolizan fuerza y ​​resistencia. Su corteza lisa añade textura e interés visual, con una paleta de colores que van desde el blanco cremoso hasta el marrón pálido. Cuando se combinan con follaje verde y hojas delicadas, crean paisajes en miniatura encantadores y serenos, lo que los hace perfectos para crear ambientes tranquilos.

Identificación de diferentes variedades de bonsái de abedul:

Identificar la variedad específica de bonsái de abedul es crucial para lograr prácticas óptimas de cuidado y cultivo. Algunas especies comúnmente cultivadas incluyen:

• Abedul plateado (Betula pendula)
• Abedul velloso (Betula pubescens)
• Abedul enano (Betula nana)
Comprender las especies específicas de bonsái de abedul que posee le permitirá brindarles el cuidado adecuado para su salud y desarrollo óptimos.

Bonsái de Abedul y su Simbolismo:

El bonsái de abedul, un hermoso árbol, tiene significados simbólicos en varias culturas, que incluyen:
Renovación y crecimiento: El bonsái de abedul simboliza la renovación y el crecimiento, con su corteza blanca que simboliza la pureza y su capacidad para desprenderse y volver a crecer nuevas capas que representan la renovación y el crecimiento.
Resiliencia y resistencia: El Bonsái de Abedul simboliza la resiliencia y la perseverancia debido a su capacidad para prosperar en entornos hostiles y condiciones climáticas extremas.
Purificación y Limpieza: El Bonsái de Abedul simboliza la resiliencia y la tenacidad debido a su capacidad para prosperar en ambientes hostiles y condiciones climáticas extremas.
Protección y curación: Se cree que el bonsái de abedul, un árbol venerado por sus propiedades curativas y fuerzas protectoras, se utiliza en la medicina tradicional para proteger contra las influencias negativas.
Los árboles bonsái en la sociedad japonesa simbolizan la paz, la unidad y el equilibrio, y su cultivo se considera una forma de meditación para promover la autoconciencia y la paz interior.
Birch Bonsai es un hermoso árbol que simboliza el renacimiento, el crecimiento, la resiliencia, la purificación, la seguridad y la curación. Agrega significado a cualquier patio o espacio interior, promoviendo la calma y la paz.

Reconocer los signos de un bonsái de abedul sano:

Mantener la salud de su bonsái de abedul es crucial para su supervivencia y belleza a largo plazo, y reconocer los signos de un espécimen sano es esencial.
Bonsái de Abedul (Bethala Pendula)
Bonsái de Abedul (Bethala Pendula) ( Image Via 
    
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• Hojas verdes abundantes y vibrantes.
• Sistema radicular fuerte y bien desarrollado.
• Ramas robustas y libres de grietas o debilidades.
• Libre de plagas y enfermedades, requiriendo controles periódicos.
Observar y cuidar su bonsái de abedul puede mejorar su salud, longevidad y belleza, asegurando su crecimiento continuo y vibrante.

Diseña tu ÁRBOL DE ABEDUL:

El abedul es versátil para el entrenamiento del bonsái debido a su hábito de crecimiento vigoroso y a las características únicas de su especie.

Vertical informal:

Los abedules se pueden cultivar como árboles erguidos informales, que a menudo se encuentran en la naturaleza. El ángulo de las ramas es crucial cuando se cultiva un abedul erguido informal. Se pueden utilizar dos enfoques: el modelo tradicional japonés, donde las ramas están inclinadas hacia abajo, similar a un bonsái de pino, o el método de apariencia más natural de inclinar las ramas hacia arriba.
La respuesta a esta pregunta es subjetiva y depende de las preferencias personales y del material que se utilice. Algunos árboles tienen una sensación salvaje que se adapta a un aspecto natural, mientras que otros son adecuados para una estética japonesa atenuada.
Elija y comprométase con un diseño para su árbol, ya que tener ramas moviéndose hacia arriba y hacia abajo puede confundir el diseño.

Bonsái de abedul llorón:

Los abedules exhiben varias variaciones naturales, incluida la forma llorona, donde las ramas primarias ascienden desde el tronco, mientras que las ramas secundarias cuelgan hacia abajo de las ramas primarias.
El abedul, particularmente el bonsái Betula pendula (abedul plateado), es una especie de bonsái popular debido a su potencial de llanto.

Estilo agrupado o multitroncal:

Los abedules desarrollan brotes o "chupones" desde su base, a menudo formando nuevos troncos o árboles separados conectados por una única base de raíz, lo que hace que los estilos de grupos y troncos múltiples sean muy auténticos.

Poda de bonsais de abedul:

La poda regular es esencial para mejorar la conicidad de las ramas y aumentar la ramificación en los árboles bonsái de hoja caduca. El enfoque general es recortar las ramas extendidas y los brotes a dos o tres hojas después de que el crecimiento se haya endurecido.
El endurecimiento se refiere a hojas que tienen un color verde más intenso y una capa protectora cerosa, lo que indica que están completamente formadas y producen energía para el árbol. Los abedules pueden enfrentar desafíos como la muerte regresiva de las ramas, pero comprender cómo podarlos puede ayudar a evitar este problema.

Poda de ramas grandes:

Para evitar la muerte regresiva de las ramas en los abedules, es fundamental controlar el crecimiento en la parte superior y contener los brotes fuertes, ya que un crecimiento apical fuerte puede provocar la caída de las ramas inferiores.
La poda estructural, que implica la eliminación de ramas grandes, debe realizarse a finales del invierno o principios de la primavera, antes del crecimiento de las hojas, o en otoño, cuando las hojas caen. Esta poda también se puede realizar después de que la primera oleada de crecimiento se haya endurecido, pero evítela cuando las hojas se estén formando recientemente.
Para garantizar un corte limpio y cicatrizante al retirar ramas grandes, utilice una sierra para bonsái de dientes finos y cúbrala con pasta cortada para evitar que entre aire en la herida. Evite cortar al ras del tronco al retirar árboles de hoja caduca, especialmente abedules, ya que aumenta el riesgo de muerte regresiva a lo largo del tronco.
La barrera interna del árbol, formada con el tiempo, evita la muerte regresiva a lo largo del tronco cuando se retira el tocón en uno o dos años.

Defoliación parcial:

La defoliación parcial es un método utilizado para mejorar la ramificación y la densidad de ramas de los árboles bonsái de hoja caduca eliminando la mayor parte de la masa foliar, lo que desencadena una segunda oleada de crecimiento. Esta técnica permite la generación continua de energía para alimentar el nuevo crecimiento y proteger la salud del árbol.
La técnica consiste en eliminar entre el 70 y el 80 % de la masa foliar de un abedul y luego podarla hasta obtener dos o tres nudos o la longitud de rama deseada. Si las hojas son grandes, conviene cortarlas por la mitad para reducir aún más la masa de follaje del árbol.
El tamaño de las hojas en los árboles bonsái está influenciado por la genética, la fertilización, el número de ramitas finas y el tiempo en un recipiente. Las hojas de abedul pueden ser pequeñas, pero los bonsáis de desarrollo temprano suelen tener hojas más grandes.

Trasplante de un bonsái de abedul:

El momento de trasplantar su bonsái de abedul depende del cumplimiento de uno o más de los siguientes criterios:
Consejos para el cuidado de las macetas de bonsái

• La tierra en descomposición puede provocar la pudrición de las raíces.
• Macetas llenas de raíces, lo que hace que el agua se escurra por encima.
• Necesidad de modificar el estilo del árbol, como una nueva maceta, frente o ángulo de plantación.
• Bonsái de abedul plateado en desarrollo temprano.

Cuándo trasplantar los bonsáis de abedul:

Trasplantar su bonsái a finales del invierno o principios de la primavera es óptimo, ya que es justo cuando los cogollos se vuelven verdes y comienza el crecimiento de las hojas. El trasplante de hojas puede eliminar las raíces esenciales, lo que podría provocar la caída de ramas o de todo el árbol.

Herramientas:

Para trasplantar su abedul, necesitará varias herramientas, que tal vez no sean todas esenciales, y determinará las más necesarias a medida que construya su colección.
• Tijeras para podar raíces o unas tijeras
• Hoz de raíz
Cortadores de alambre
• Un palillo
• Malla con orificios de drenaje

Suelo:

El suelo para bonsái debe ser una mezcla de agregados con buen drenaje, y los árboles de hoja caduca suelen utilizar akadama de alta calidad. Sin embargo, el akadama puede ser difícil de conseguir y costoso, lo que lleva a muchos aficionados a utilizar otras mezclas de tierra.
Los suelos para bonsái más populares incluyen lava, piedra pómez y corteza de pino desconchada. Si no está seguro, los viveros locales o en línea suelen vender tierra premezclada. Evite el uso de abono de jardín normal, ya que puede permanecer demasiado húmedo y dañar los árboles.

El proceso de trasplante:

1. Sacar el árbol de su maceta actual:

Para trasplantar un árbol en una maceta de vivero, extraiga con cuidado la masa de raíces. Para bonsáis establecidos, utilice una hoz para arrancar raíces de las paredes del recipiente. El borde dentado atrapará las raíces y las arrancará de la pared de la maceta.
Una vez que los bordes estén libres, voltea la maceta y corta los alambres que atan el bonsái a su maceta. Este proceso debe realizarse con un movimiento de raspado o arrastre.

2. Retire la suciedad no deseada:

Utilice un palillo para quitar la tierra de la parte superior de la masa de tierra, lo que a menudo revela una extensión del nebari (expansión de la raíz) que realza la apariencia del árbol.
Para limpiar su árbol, use un palillo para romper la mata de raíces en la parte inferior del cepellón, lo que puede ser contundente. Esto es crucial ya que impide el flujo adecuado de agua y puede dañar la salud del árbol.
Retire la tierra negra o rota y retire las raíces enmarañadas de los lados del cepellón.

3. Elabora tu estrategia de amarre:

Para garantizar una maceta estable para su árbol, debe estar inmóvil y estable para evitar que se caiga. Para evitar que se tambalee, ate el árbol en dos o tres lugares. Use raíces grandes debajo de la línea del suelo, envuelva el cepellón o use estacas de bambú clavadas en un cepellón bien establecido para un soporte seguro. El bamboleo obstaculizará el crecimiento de las raíces.
Para atar un árbol, ate una malla sobre los orificios de drenaje y agregue cables junto a las posiciones de amarre. Evite cables desordenados o cruzados en la parte inferior de la olla, ya que pueden ser menos funcionales. La forma y la función están fuertemente correlacionadas, así que asegúrese de mantener la limpieza y el orden.
Leer más: Carpe y haya

4. Agrega el árbol a la maceta:

Cubre el fondo de la maceta con una capa ligera de tierra y crea un pequeño montículo en el centro. Coloque el árbol en el montículo, asegurándose de que esté colocado correctamente y en el ángulo correcto. Garantice la perfección, ya que los errores serán visibles durante años.
Una vez que el árbol esté en su lugar, asegúrelo con amarres de alambre. Agregue tierra alrededor del árbol y use un palillo para asegurarse de que entre en los orificios de aire del cepellón. Mueva suavemente la tierra en su lugar.

5. Aplicar aderezo:

El aderezo es un componente crucial del sistema de raíces de su bonsái y cumple numerosas funciones.
Protegiendo a Akadama de la descomposición del agua
• Iguala la distribución del agua en la maceta.
• Fomenta el crecimiento de microorganismos beneficiosos.
• Mejora el atractivo estético del árbol.
Para crear un abono para un árbol, muele musgo sphagnum seco y musgo verde en una proporción de 1:1 en una pantalla de suelo. Llene una maceta con tierra y espolvoree una fina capa de aderezo antes de regar. Rocíe ligeramente el aderezo con una botella nebulizadora, asegurándose de que se adhiera en su lugar. Con el tiempo, el aderezo se convertirá en una capa de musgo.

6. Riego:

Después de trasplantar su bonsái, es fundamental regarlo abundantemente, utilizando un chorro fino de ducha y saturando el cepellón varias veces para eliminar el polvo y las partículas finas de tierra que se han introducido en la maceta. Esto se puede hacer usando una manguera o una regadera.
Después de regar, es fundamental dejar que la tierra se seque significativamente, lo que provocará un cambio de color en la tierra y en el abono. Esto permite que las raíces se compartimenten y sanen, mientras que el riego excesivo aumenta el riesgo de pudrición de las raíces. El riego excesivo puede debilitar el bonsái.
La masa de suelo aireado promueve el crecimiento de nuevas raíces, lo cual es ideal después de un trasplante. Continúe regando su bonsái de la misma manera y, si no está seguro de si el riego es eficaz, consulte nuestra lista de verificación de riego de bonsái para obtener orientación.

Fertilización:

Fertilizar árboles de bonsái requiere un enfoque personalizado basado en la etapa de desarrollo del árbol, los objetivos y las técnicas utilizadas, ya que no existe una solución única para todos.

¿Líquido o sólido?

El fertilizante sólido se descompone con el tiempo y libera nutrientes durante semanas o meses debido a la interacción microbiana con la maceta. Esta relación entre el árbol y los organismos microbianos es beneficiosa para la salud de tu bonsái, ya que ayuda a mantener una relación sana entre ambos.
El fertilizante sólido es una opción arriesgada para perros, ardillas y pájaros, ya que pueden eliminarlo, desenterrar raíces o incluso derribar árboles del banco. No es efectivo sin insectos felices en el sistema del suelo que lo descompongan, por lo que puede ser necesario fertilizante líquido.
El fertilizante líquido está fácilmente disponible para los árboles sin descomponerse y se puede aplicar de manera más uniforme sobre el cepellón que el fertilizante sólido. Sin embargo, requiere una aplicación más regular y puede ser una molestia para los propietarios de árboles grandes debido a su necesidad de una aplicación regular.
Muchos profesionales suelen combinar ambos métodos, según lo dictan sus preferencias personales.

Orgánico vs inorgánico:

Se recomiendan fertilizantes orgánicos para el cultivo de bonsái, ya que promueven un sistema microbiano saludable y son menos tóxicos para los organismos microbianos, mejorando así la salud del ecosistema de la maceta, mientras que los fertilizantes inorgánicos pueden dañarlo.
El ponente recomienda utilizar fertilizantes líquidos como algas, algas o emulsión de pescado, y fertilizantes sólidos como tortas de colza, Biogold o mezclas locales de una tienda de bonsái.

Cuánto aplicar:

Para mejorar las raíces, hacer crecer las ramas o curar heridas en las plantas jóvenes, fertilícelas con regularidad y en abundancia, generalmente cada dos semanas con fertilizante líquido y aumentando la cantidad con fertilizante sólido, según las instrucciones.
Fertilizar un árbol más establecido puede ser un desafío, especialmente a principios de la primavera, cuando le crecen hojas más grandes con entrenudos más largos, lo que genera una ramificación más gruesa. Después de la primera defoliación parcial, comienza a fertilizar tu abedul. Si usa un fertilizante sólido, aplique una aplicación líquida inicial para activar el segundo flujo después de la defoliación parcial. Evite fertilizar durante este tiempo para evitar provocar una ramificación más gruesa.
Fertilice el bonsái de abedul cada 6 a 8 semanas, a menos que el crecimiento sea demasiado largo o largo. El fertilizante es una ventaja para el árbol, no esencial. El abedul crece bien sin una fertilización regular. No fertilice los bonsáis de abedul inactivos durante el invierno, ya que no agregará beneficios y puede dañar la salud de las raíces debido al exceso de sales.

Plagas y enfermedades:

Los abedules, aunque generalmente sanos y vigorosos, pueden ser susceptibles a plagas comunes como pulgones y arañas rojas, así como a infecciones específicas de los abedules.

Pulgones:

Los pulgones, pequeños insectos que se alimentan de savia, son comunes y no representan una gran preocupación. Aparecen a finales de primavera o principios de verano y provocan manchas pegajosas y brillantes en las hojas debido a la excreción de melaza. Esta sustancia puede ser un caldo de cultivo para la fumagina negra, por lo que es importante estar consciente de su presencia y tratarla cuando se identifique.
Se puede detectar una infestación de pulgones al ver moldes de piel en las hojas y detectar insectos maduros en las puntas de los brotes frescos. Las opciones de tratamiento incluyen el uso de insecticidas de centros de jardinería o tiendas de bonsáis, o la eliminación física sin productos químicos. La constancia es clave, ya que pueden nacer nuevos pulgones durante días o semanas, por lo que son necesarias inspecciones diarias. Los insecticidas se pueden encontrar en centros de jardinería o tiendas de bonsáis.
Los pulgones se pueden eliminar a mano o con una manguera fuerte, pero tenga cuidado de no dañar el follaje y evite regar excesivamente la maceta.

Roya de la hoja de abedul:

La roya del abedul es una enfermedad fúngica causada por el hongo Melampsoridium betulinum, que provoca pústulas anaranjadas o negras en el envés de las hojas. La enfermedad puede causar daños graves al árbol y provocar un deterioro de la salud general.
Para evitar una mayor propagación, se recomienda mantener los árboles infectados alejados de la lluvia y regar únicamente el cepellón. Un fungicida a base de cobre puede prevenir una mayor propagación, pero no puede curar las hojas infectadas. Podar estas hojas es crucial para evitar el contacto.

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